TIC y periodismo: superando la dicotomía

Se dice que el Internet y las nuevas tecnologías harán desaparecer a los medios tradicionales porque sustituirán la función informativa que tienen los segundos y superarán su barrera de tiempo, proveyendo a los nuevos medios la capacidad de informar de forma inmediata. Más importante es, sin embargo, pensar en la relación entre periodismo tradicional y periodismo moderno no en un sentido dicotómico, sino complementario, porque a fin de cuentas ambos campos poseen características que los hacen únicos y que no serán sustituibles porque, a juicio del suscrito, ya superaron esa prueba.

Las grandes transformación que sufrirán (sufren) los medios de comunicación radica en la relación con el espectador. Cuando antes en el proceso básico de comunicación se consideraba a un receptor que recibía un mensaje de un emisor a través de un canal, ahora estos términos se han vuelto obsoletos y han pasado a mutar en un nuevo concepto: el de usuario, apelando de forma generalizada al sentido colaborativo de quien produce la información. Entonces, lo que ha cambiado fundamentalmente en ese básico proceso es el canal, que ya no es de una sola vía, sino de ambas, por lo tanto la información ya no fluye de un lado (sujeto activo) hacia el otro (sujeto pasivo), sino en ambas direcciones. Quien produce también recibe.

La reciprocidad en la producción de información se traduce a los medios de comunicación en una relación más estrecha entre el periodista y el lector-tele-audiencia. Actualmente, la prensa escrita ha sido la más afectada de las tres ramas principales del periodismo (radio y televisión son las otras dos) hasta el momento, pero no ha sido la única. En este caso, el periodismo escrito se ha visto seriamente afectado porque los grandes diarios del mundo no han sabido sobrellevar la crisis en sus versiones impresos que le genera el acceso acelerado a Internet de la gente y por ende el acceso a la misma información de forma gratuita. Algunos diarios, en su momento, se preocuparon por no reducir sus estados financieros de forma directa y empezaron a cobrar por suscripción en línea, lo que resultó una muy mala idea, tanto así que incluso el diario La Prensa de Nicaragua y La Nación de Costa Rica optaron por retirar los servicios de pago que habían agregado a sus páginas web.

Algunos medios de comunicación escritos, ensimismados en su dinámica mercantilista, no han logrado comprender que las ganancias ahora está en los servicios, no en el producto. El nuevo modelo económico, basado en la globalización, trasciende al punto que surgen empresas como Google, cuyos productos son en su totalidad gratuitos, no la calidad del servicio que prestan por esos productos (uno puede pagar, por ejemplo U$20.00 por más espacio en su cuenta de Picasa o Gmail) o propuestas como el software libre, cuya manutención se basa en el servicio de soporte que brindan empresas especializadas en el tema. A fin de cuentas, Google produce mucho dinero a partir de la publicidad que aloja en su plataforma web, y así lo hacen incluso algunos medios de comunicación (la mayoría).

Por otra parte, tenemos también el aspecto de la producción de la información y la credibilidad. Con el Internet en nuestras manos se ha desarrollado el llamado periodismo ciudadano, como una forma eficaz de hacer periodismo desde las perspectivas de los mismos usuarios. Aquí el periodista ya no es un ser especializado, sino que lo son todos, en el sentido que todos producen y reciben información. El experto pasó a ser marginado para tomar su puesto la comunidad. La principal crítica, empero, de este planteamiento es la credibilidad que puede llegar a tener la información, dado que llega un momento en el que uno desconoce hasta qué punto alguien puso algo adecuado. Caso aplicable a esto es, hoy por hoy, Wikipedia, que ya no es considerada la fuente confiable de hace algunos años, al menos en algunos temas.

A pesar de todo, la mayor ventaja del periodismo moderno radica en el uso de las nuevas tecnologías como una herramienta complementaria para el tráfico de información, no tanto para su sustitución. En este sentido, el periodista que trabaja para un medio cumple un rol de corrector de información, la cual circula por diferentes vías y perspectivas por la sociedad red. Aquel periodista no solo redacta una nota, sino que lee los comentarios a la misma, y le da seguimiento. Y más tarde, publica otra nota más, ampliando la información de antes. Porque el periodista ya no es el experto que todo lo sabe, que tiene el poder porque tiene la información. No. Es solo uno más del montón que tienen poder, que pueden producir información, que pueden complementar, mejorar o desacreditar su trabajo.

Así, mientras un periodista escribe un reportaje cualquiera, digamos sobre una banda de contrabando sexual, se informa vía SMS que ya es papá, vía Twitter que una empresa afín al gobierno quiere comprar la revista cultural más importante de su país, vía Youtube del concierto de su banda favorita, vía un blog de un documental sobre robo de tierras… Twitter, Facebook, Blog, e-News. Miles de informaciones en un solo espacio. ¿Puede el periodista manejar tanta información? No, pero ya no está solo. Tiene una infinidad de usuarios más que colaboran en ese proceso de producción de información, desde sus diferentes espacios y capacidades.

(Sobre la radio y la televisión dedicaré una entrada posterior, en aras de desarrollar mejor el tema y no extender tanto éste).

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